Historia
La Semana Santa de Hellín es el momento más importante del año, no solo para los hellineros, sino también para los miles de visitantes que asisten cada año a este acontecimiento.
Tiene su origen a principios del siglo XV con la visita de San Vicente Ferrer , un predicador que recorrió las calles de Hellín acompañado de músicos y cantores que portaban el instrumento fundamental de esta Semana Santa, el “tambor”.
Es a raíz de este predicador cuando se configuraron las antiguas procesiones de penitencia, donde los penitentes se martirizaban y flagelaban. Estas procesiones llevaban siempre en cabeza a un grupo de tamborileros y tuvieron lugar hasta mediados del siglo XIX. A partir de este siglo, comenzaron a surgir las procesiones como las conocemos hoy en día. Además también se separaron de ellas los grupos de tamborileros que encabezaban los desfiles. Con esta separación, surge en Hellín lo que se conocen como tamboradas, que consisten en gente que por pasión sale a la calle con su tambor, tocando el toque típico hellinero, el “racatapla”.
Fue por tanto que a partir de la mitad del siglo XIX, la Semana Santa de Hellín comenzaba a tomar su actual forma, por una lado las procesiones, que transmitian pasión y devoción y por el otro las tamboradas, continuando con la gran tradición que San Vicente Ferrer dejaba en Hellín.
Aunque la versión de la historia de la Semana Santa de Hellín, que incluye a San Vicente Ferrer, es una de las más probables, distintos historiadores de Hellín, como Juanjo Villena, en entrevistas concedida a “El Objetivo de Hellín” declaran que el origen de la semana santa de Hellín no es como nos lo han contado, pues las circunstancias de la visita de San Vicente Ferrer, y los escasos días no lo permiten.
Para estos historiadores, la visión más lógica para saber de dónde viene la Semana Santa de Hellín, se encuentra en en las disposiciones acordadas en la sesión XXV del Concilio de Trento, celebrada el los días 3 y 4 de diciembre de 1563 y la posterior Orden del 12 de julio de 1564 sobre la ejecución y cumplimiento de lo ordenado en este por Felipe II, donde se acordó la elaboración y difusión de un catecismo.
La evolución de la Semana Santa hellinera ha sido tal que se ha convertido en un referente a nivel mundial, debido a su imaginería y sus tamboradas. Debemos señalar que a lo largo de la historia de Hellín, han ido existiendo distintas imágenes que por las situaciones de la Guerra Civil, por ejemplo, han sido destruidas y reemplazadas por otras completamente nuevas o por copias de las destruidas, siendo este un gran motivo por el cual Hellín cuenta con una magnífica imaginería.
Finalmente, hay que destacar que visitantes de todo el mundo se acercan durante estos siete días a la localidad hellinera para disfrutar de estas fiesta y que actualmente, es tal su influencia, que en el año 2007 fue declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional y a finales de 2018 fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por parte de la UNESCO


Domingo de Resurrección de los años 50 y Domingo de Resurrección de los años 2000/ Fuente: archivos históricos de Hellín